
La joyería Pamela Days quedaba paralela a la Alameda, hacia el lado sur, y de plaza Italia para abajo. Un muy mal lugar para instalar una joyería, pero la dueña, de mismo nombre, solía tomar decisiones idiotas. El barrio era complicado y oscuro. La única luz que daba seguridad a los transeúntes era el letrero luminoso fucsia del magenta-rose.
Domingo Flores y Astor Meneses, clientes frecuentes del Magenta, se conocían desde niños. Criados en el mismo barrio marginal y cómplices de todas las fechorías de mala leche desde ese entonces. Pelarse billeteras, desmantelar teléfonos públicos, asaltos a mano armada en kioscos. Pero era hora de subir a la primera división. Aburridos de los operativos de poca monta se propusieron “subirle el pelo” a su oficio. El crimen perfecto debía existir en alguna parte, y ellos se creían lo suficientemente sagaces para encontrarlo. El Maikol ( colega delictivo ) estuvo cerca, pero falló al matar por error al Brayan, un chico de 10 años. En el rubro hay que ser proactivo, según dicen.
Los alunizajes, ya de marca registrada en España habían sido puestos en práctica en Chile hace un par de años y tenían la particularidad de ser efectuados con bastante gente alrededor, la cual conmocionada era incapaz de reconocer al autor del crimen. Los furtivos y sigilosos caían siempre a la cana, y eso ya estaba comprobado. Había que ser cauto, pero era realmente efectivo crear una pantalla de conmoción, para distraer mientras se sustraía el botín. De hecho, esta política se aplica con bastante éxito en los programas de farándula en la actualidad, y la gente se lo cree todo. Pero eso también es parte de otra historia. La joyería tenía un escaparate antibalas y una malla de contención, pero una mitsubishi katana es mucho más que una bala, y una mitsubishi katana a 75 kmph es mucho más que lo que una malla puede contener.
Eran las 21:15 de la noche y bastante gente recorría las calles, intentando ganar tiempo en vez de tomar los buses clon. En cuanto se abrió espacio entre la gente, la camioneta ( robada, por supuesto) desfloraba la reja y la vitrina, hundiéndose cerca de 2 metros hacia el interior. Saltaron de la camioneta, vestidos de negro y haciendo tributo a “Punto de Quiebre versión criolla”, con máscaras de “Melón y Melame”. Cual piñata reventada, el Astor recogía las joyas que yacían en el suelo, camufladas con los trozos de vidrio. Uno de éstos se clavó en su mano derecha, atravesando el guante de tevinyl y abriendo un rasguño profundo en su palma. Sangraba y dolía un poco, pero lo importante era recoger el botín. Después lo podría atender la Lady Lucy vestida de enfermera si así lo quisiera. El Domi le dio a la cámara, eso sí, al sexto disparo. El tronar del revólver no le gustaba. Prefería las armas blancas, definitivamente. Sustrajo las piezas de valor de los estantes y corrió a la mitsubishi. Afuera la gente armaba un anfiteatro pintado en dos colores : morbo y susto, sin embargo no hicieron el menor ademán de interrumpir. Ni siquiera el Fucka, bajista de los granujas, que compraba ketchup en el local “Pequeño Juan” del frente.
15 segundos iban, pero parecían minutos. El Astor saltó a la camioneta y el Domi puso reversa. Un neumático reventado por los vidrios traía la Mitsu rengueando, pero sorteando dos semáforos en rojo ya estaban fuera del alcance de cualquier yuta que hubiese cerca. Y desaparecieron.
La camioneta fue encontrada dos días más tarde en Brown Norte, a tres cuadras de irarrázaval, en Ñuñoa. La tuvieron que desratizar antes de llevarla a la comisaría del sector. No obstante, de los hampones no se supo nada. Su ejecución fue perfecta…
O casi.
El Domi y el Astor tenían un trato. Después del último atraco cortarían contacto entre ellos por un buen tiempo. El botín se repartiría fifty-fifty entre los dos socios y, lo más importante, harían usufructo de la parte correspondiente manteniendo el bajo perfil, para detectar cualquier sospecha. Domingo Flores simuló haber encontrado trabajo en una empresa contratista para la minera El Teniente de la VI región. El atraco fue un miércoles, y el Viernes éste ya se encontraba en su destino. El Astor, sin embargo, decidió mantener su domicilio fijo en la capital, para no hacer más obvia la situación. Como todos los clientes asiduos al magenta, los pocos recursos y una libreta de anotaciones al folio estaba siempre abierta para ellos. De hecho, al Astor se le había suspendido el servicio mientras no pagara. La suma ascendía a $330.000, la cual fue pagada en efectivo el día jueves, es decir, a 24 horas del robo. La gente sospechaba en silencio, porque el Astor estaba cesante desde antes de su primer trabajo (¡). Pero eso no era todo. Luego de varias noches de cerrar el bar y pagar la barra entera, de excesos de mujeres y champaña ( cosa que sólo el tecladista de los granujas sería capaz de soportar), además de coca y pichuncho con éxtasis hicieron demasiado evidente el cambio de poder adquisitivo que mostraba repentinamente el Astor. Incluso sus amigos, los Granujas recibieron un aplauso más efusivo que de costumbre en el escenario, además de gritos alentadores del público: -“ Tócate una de Dip Peiper!!!” Es de suponer que el público había sido previamente comprado. En fin… El Astor gastaba mucho y pagaba al contado. Un hecho un tanto sospechoso. Para Investigaciones, la sospecha se convirtió en certeza al encontrar pruebas certificadas de que el joven habría actuado y/o asistido al atraco efectuado días atrás en la joyería. Muestras de ADN tomadas en rastros de sangre en el piso del local así lo demostraban. Astor Meneses estuvo ahí. ( N. del A . : Para ejecutar un crimen decente usar guantes de cuero, el tevinyl se rompe …). Con una orden de arresto fue detenido en su domicilio un miércoles en la mañana, a un mes del gran robo. El personal de Investigaciones no necesitó mucho esfuerzo para sacarle la confesión. Astor Meneses no era tan valiente ni leal.
Tiempo total de Interrogación : 6 cigarros.
- así que fue el Domingo el autor del hecho
- sí, sí. Domingo Flores, le dicen el Domi… él manejaba y echó todo a la borsa plástica.
- Bolsa?
- Borsa, sí, la borsa
- Y tú eras el cómplice..
- Yo?.. no, yo supe nomás, él me contó
- Ah, mira tú… él te contó… … ¿son amigos?
- Éramos, ahora no me junto con esa clase de gente, de haber sabido antes, tsssssss…. Ni cagando. Ahora no lo paso ni con WD-40
- Cabrito, te estay jugando un par de años por ocultar información, cachay cierto? Cuenta la dura o te va a llegar la menstro por el hocico..!!!
- Pero si le dije todo!!! No se nada más yo… lo único que sé es que el Domi fue…
- Los Granujas no están metidos en esta weá?... los tengo en la mira a esos culiaos…
- No paha ná, son muy weetas.
- Sabes donde dejó el botín?, las joyas?
- Nooooo , yo… te estoy diciéndote….
- Me estás diciendo qué? A ver? HABLA WON OHHH!!!
- Ya les conté todo ya! , ahora me tienen que protegerme, porque el Domi se va a querer vengarse… Me tienen que mandar pal sur, Antofagasta, no sé… y cambiarme el nombre… Yo ya cumplí con lo mío, me tienen que echar una manito ustedes ahora..
- si, por supuesto que te vamos a ayudar, el que nada hace, nada teme, no?
- No , pues, tamos claros
- Alguien más sabe del suceso?
- Que yo sepa, nadien
- Nadie?
- No, nadien. Tiene más cigarros?
Astor Meneses traicionó a su mejor amigo, e investigaciones le pagó con la misma moneda. No lo ocultaron en Antofagasta, hacia el “sur”. Fue sentenciado a 6 años y un día en la prisión de San Ambrosio, en las afueras de Santiago. Su padre, Julio Meneses, actuando de abogado defensor, no pudo con las contundentes pruebas que habían en contra de Astor. El juicio duró 2 horas y la suerte del muchacho estaba echada. Sus primeros minutos en el recinto de alta seguridad fueron relajados. Conocía la cárcel, había estado en ella un par de veces y su padre lo había sacado airoso en ambas ocasiones. La segunda, eso sí, con libertad condicional.
Quizás el John Cancino le mandaba un pan amasado con una Dremel adentro y una calibre 38… …no. muy fantasioso. Era su primera vez en ésta cárcel en particular, pero un paseo por la multicancha le dibujó un estimado de cuántos reclusos había, cuántos grupos y la jerarquía de éstos. Se sentía seguro de sí mismo y empezó a calmarse. Sabía que iba a salir de ésta. Sólo necesitaba aguantar una semana, con cueva dos a lo sumo, luego agarraría su parte del botín y la enterraría en …..
Sus ojos dejaron de mirar de modo panorámico y se situaron sobre un rostro molesto y alegre al mismo tiempo. El mismísimo Domingo Flores lo miraba desde el poste que sostenía el aro de basketball. Le apunto con el dedo, sonrió con el gesto más macabro que un rostro pudiese aguantar por sí solo, y su índice recorrió su cuello. No cabía duda. La cara del Diablo debe de ser más dulce. Un inconveniente cambia todo. Astor debería salir más rápido.
Los siguientes días en la prisión fueron un infierno. Si bien Domingo jamás se acercó a más de 50 metros de Astor, la presión se hacía insostenible de todos modos. Su mirada era incisiva, y su mensaje aún más. Traicionado y Traicionero, ambos culpables, se encontraban bajo el mismo techo y el mismo traje. El encuentro se iba a pintar con sangre. No había duda de aquello.
Luego de pensar por horas, Astor se propuso a ir a terminar esta candente presión de una vez por todas. Sabía que no podía pedir una tregua, ya que por su culpa ambos se encontraban bajo rejas. También sabía que no podía dejar las cosas así, o en el momento menos pensado se encontraría muriendo desangrado y en silencio quizás en qué sifón o alcantarilla del recinto. Había una sola respuesta. Y esa era tirarse a duelo. De ésta no salían dos, sino uno solo.
Echó su cuerpo hacia delante y caminó con presura, pasos largos hasta Domingo, que yacía en cuclillas recogiendo un puñado de polvo. Miraba el suelo, pero sabía que Astor venía. Sonreía. Y sonrió más al ver la sombra pequeña y delgada de éste.
- hola po partner… qué pasó?
- Vo sabís po…
- Yo sé qué?... que no fuiste tú el que abrió la jeta?
- Yo fui po, y?
- Si po, vo fuiste…
- Oye…
- saluda con la mano que sea po, Judas
- no
- Mirsh…. Delator y desdeñoso el lindo…
- Escucha ¡!
- Qué querí, pedir perdón como las mamás?...
- Tirémonos al muere muere
- …. y por qué mejor no jugamos al teto?
- Pero te juro, que si me vay a hacerme algo, me tenís que matarme de wonder, porque si me vay dejarme vivo te vay a arrepentirte
- Uuy la mamá, toy que me meo….
- Entonces? - Al almuerzo, a la salida al patio, pal lado del olmo.. te voy a estarte esperándote
- Ya po, hoy día mismo…
- Oye, Astor…
- ¿?
- Mándale saludos al con Manillas
….. Después del almuerzo, a la salida al patio, bajo el olmo, el Domi esperaba con una ramita en la boca. Aspiró fuerte por la nariz, revolvió el contenido viscoso en la boca y escupió sobre una mosca. Era rápido. Realmente.
Astor caminaba nervioso, el rumor ya se había propagado y todos sabían. Lo miraban fijo. Le abrían el paso mientras se dirigía al olmo. Aún era temprano para armar el círculo de gente y si lo hacían ya, los gendarmes iban a detener el circo coliseano que se iba a armar. Los que van a morir te saludan.
El final de la historia es bastante corto, del mismo modo que las muertes yacen instantáneas en el final de cada vida. Aquí sucede lo mismo. Domi y Astor se miraban fijo. Frente a frente, seis metros entre ellos. El círculo ya había tomado forma. Astor miraba fijo a Domi. Le ponía más nervioso que el Domi no tomara la iniciativa, de hecho estaba bastante calmado y con expresión de relajo. La sonrisa macabra había vuelto a aparecer. Le cargaba cuando lo veía tan seguro. Siempre lo hacía cuando jugaban brisca. Astor seguía mirando fijo y sudando frío. Decidió que era él el que tenía que asestar el primer golpe, porque él llamó a duelo, y si algo de dignidad le quedaba ( luego de traicionar a su amigo de siempre ) la debía de aprovechar. No debe ser muy gratificante seguir viviendo libre como O.J. Simpson o Carlos Monzón.
Respiró profundo, listo para abalanzarse sobre su oponente, pero en un segundo no sintió sus piernas. Domi seguía sin mover un dedo y sonreía. Astor lo vió borroso, tan borroso como los granujas en el escenario. Se sintió liviano y somnoliento. Tranquilo. El sol había salido y lo encandilaba potentemente, todo comenzaba a verse blanco y decidió descansar, así que se dejó caer sobre sus rodillas. Serían los nervios?...
…No. No eran los nervios
…y besó la tierra.
El jueves subsiguiente el informe oficial indicaba que Astor Meneses había muerto asesinado con un objeto cortopunzante , posiblemente un trozo de vidrio, enterrado con fuerza por el lado derecho de su espalda, quebrando tres costillas y perforando el pulmón del mismo lado. El autor material del hecho aún no había sido detectado, no obstante el recluso Domingo Flores Flores se había atribuido personalmente los cargos de autor intelectual del crimen. Con tozudez resistió las violentas interrogaciones del personal a cargo de la investigación, pero no obtuvieron tan solo una palabra del acusado.
El juicio fue bastante corto, ya que el acusado se consideró culpable desde el principio, atribuyéndose todos los cargos concernientes al delito. Fue condenado a siete años y un día, plus a la condena previa. Actualmente se encuentra recluso en el mismo recinto, cumpliendo el castigo correspondiente. Pero los que conocen al Domi sabrán que no aguanta mucho en el mismo lugar sin aburrirse…
Y cuando se aburre ... su sombra desaparece 9 minutos de él ...